RUDOLPH AMANDUS PHILIPPI ( 1808-1904)
Aunque ya no esté sobre este planeta y tenga una calle en honor a él (por el barrio de Estación Central), es una de las personas que he admirado desde hace mucho tiempo.
Aunque digan algunos que sus estudios están obsoletos; dejó un legado importante y un aprendizaje de nunca acabar.
Junto a su hijo Federico, realizaron trabajos de mucha consideración; aparte de recorrer Chile para descubrir nuevas especies y catalogarlas.
Extraje del libro “Rudolph Amandus Philippi, el orden prodigioso del mundo natural”; párrafos resumidos sobre su vida en dedicación al estudio de la naturaleza.
“Nada más sublime que el estudio de la naturaleza”
“Hace más de ciento cincuenta años en la bahía de Corral llegaba Philippi.
A fines de 1852 el científico se había embarcado desde Valparaíso rumbo al sur en busca de nuevos tesoros de la naturaleza para descifrar.
Se incorporaba al ejército de aquellos que en el siglo XIX, armados lápiz, brújula y caja de herborista; contribuían al desciframiento del misterioso mundo natural.
Philippi con considerable perseverancia dedicó su vida al afán taxonómico de los primeros científicos. Por la amplitud de sus conocimientos y el genio de su intelecto, se unió a la galería de los grandes sabios universales, variedad casi extinta en el especializado siglo que corre para Chile; es uno de los estudiosos más destacados y figura clave en la formación de las ciencias naturales del país.
Dejó como herencia innumerables publicaciones editadas en latín, alemán, y castellano.
Se le suman abundantes y maravillosas colecciones biológicas y culturales que legó al museo de Historia Natural de Santiago.
Aporte de Philippi a la zoología
Los primeros trabajos zoológicos de Philippi fueron fruto de sus investigaciones en Europa. Después de su llegada a Chile, se pueden contabilizar alrededor de ciento sesenta obras en este ramo, incluyendo animales fósiles.
Debemos agregar otras que ayudaron a construir el todo que fue este naturalista. Orden, constancia, disciplina, gran capacidad de observación, paciencia y rigurosidad. Probablemente no fue un dibujante innato, no obstante, con perseverancia, prolijidad y metodología consiguió hacer figuras adecuadas de lo que se deseaba presentar.
Entre los distintos grupos zoológicos que habitan las aguas y tierras de nuestro país, encontramos que Philippi logró mayores avances en aves, con treinta y cuatro publicaciones; luego están los mamíferos con treinta, insectos veinte uno, peces quince, moluscos doce, reptiles nueve, crustáceos ocho, equinodermos siete, anfibios tres, anélidos dos y arácnidos uno.
Resulta evidente que en su trabajo sobre fósiles del cuaternario de chile prestó un alto grado de dedicación a los moluscos.
En relación con este mismo grupo, mejoró las muestras del museo de Historia Natural, hasta tal punto que científicos de diferentes partes del mundo venían a consultarlas por ser consideradas una de las mejores de su época.
Hasta hoy el muestrario de moluscos es conocido como “La colección de Philippi” y continúa siendo motivo de consulta por los especialistas, dado que la morfología y otras características externas siempre tendrán importancia sistemática y taxonómica
Ana María Valdes Milesi.
